Las dos variedades más comunes de pitahaya roja son:
Hylocereus undatus: La más extendida a nivel mundial, con cáscara roja y pulpa blanca.
Hylocereus costaricensis (también clasificada como H. polyrhizus): Con cáscara roja y pulpa de color rojo intenso o púrpura.
Originaria de América Central, especialmente de México, su cultivo se ha expandido a numerosas regiones tropicales y subtropicales de Asia (como Vietnam y Tailandia, que son grandes productores) y América Latina. Es apreciada no solo por su aspecto llamativo, sino también por su sabor refrescante y sus propiedades nutricionales.
La popularidad de la pitahaya roja ha crecido exponencialmente a nivel mundial debido a una combinación de factores que la hacen muy atractiva tanto para consumidores como para productores.
Atractivo Visual Único: Su apariencia externa e interna es su principal carta de presentación. El contraste entre la cáscara fucsia y la pulpa (ya sea blanca o roja) la convierte en un ingrediente perfecto para la alta cocina y la decoración de platillos.
Propiedades Nutricionales: Es una fruta baja en calorías pero rica en fibra, antioxidantes (especialmente la variedad de pulpa roja, rica en betalaínas), vitamina C y minerales como el hierro y el magnesio. Ayuda a la digestión y a fortalecer el sistema inmunológico.
Versatilidad Culinaria: Su sabor suave no es abrumador, lo que le permite combinarse fácilmente con otras frutas y sabores sin opacarlos, tanto en preparaciones dulces como saladas.
Adaptabilidad de Cultivo: Aunque requiere condiciones específicas, su relativa resistencia y la creciente demanda la han convertido en una opción viable para la diversificación agrícola en muchas regiones tropicales.
En resumen, la pitahaya roja es una fruta exótica que ha conquistado el mercado global por su belleza deslumbrante, su sabor refrescante y sus significativos beneficios para la salud, consolidándose como un verdadero superalimento tropical.