Descrita formalmente en 2005, esta planta perteneciente a la familia Araceae se ha ganado un lugar de honor entre los aficionados por dos características extraordinariamente distintivas: sus peciolos (tallos de las hojas) rojos y peludos, y el fascinante cambio de color de su follaje. Es una planta que ofrece un espectáculo visual continuo y una conexión directa con la biodiversidad de un remoto valle ecuatoriano.
El encanto de esta especie es innegable, gracias a una combinación de rasgos que la hacen única.
Peciolos Rojos y Peludos: Es su característica más icónica y un punto de identificación inmediato. El contraste del rojo peludo con el verde brillante de las hojas es simplemente espectacular.
Follaje Cambiante: El proceso de ver una nueva hoja emerger en tonos rojizos y transformarse lentamente en un verde vibrante ofrece un interés visual dinámico y constante.
Historia de Descubrimiento: Al ser una especie relativamente nueva para la ciencia y con un nombre ligado a su lugar de origen, cultivarla es como tener una pequeña pieza de la historia de la exploración botánica.
Hábito de Crecimiento Interesante: Su naturaleza rastrera ofrece una forma de crecimiento distinta a la de muchos otros filodendros, creando una exhibición exuberante y de aspecto muy natural.
En resumen, el Philodendron nangaritense es una joya botánica de Ecuador. Es una planta que fascina no solo por la belleza de sus hojas y el color de sus tallos, sino también por la historia que cuenta, convirtiéndola en una adición verdaderamente especial y gratificante para cualquier colección.