Las semillas de neem (Azadirachta indica) son un componente fundamental de este árbol con múltiples usos, especialmente en el ámbito medicinal y como biopesticida. Aquí te detallo sus características principales:
Características físicas:
Forma y tamaño: Son drupas lisas, parecidas a las olivas, que varían de forma ovalada alargada a casi redonda. Cuando están maduras, miden entre 14-28 mm de largo y 10-15 mm de ancho.
Color: La cáscara de la fruta es delgada y el mesocarpio (pulpa) es blanco amarillento y fibroso. La cubierta interior dura (endocarpio) de la fruta encierra una, raramente dos o tres, semillas alargadas (almendras) con una cubierta de semilla de color marrón.
Peso: El peso promedio de una semilla es de aproximadamente 0.28 gramos.
Composición: Aproximadamente el 50.89% del peso de la semilla corresponde a la almendra (kernel) y el 49.11% a la cáscara.
Composición química y propiedades:
Aceite de neem: Es el producto más importante de las semillas, obtenido por prensado en frío. Es de color amarillo, amargo y tiene un olor similar al ajo.
Contenido de aceite: La almendra de la semilla posee un alto contenido de ácidos grasos, representando aproximadamente el 50% del peso de cada semilla, aunque este porcentaje puede variar según la época de cosecha, la calidad del suelo y el tiempo de almacenamiento.
Ácidos grasos: El aceite está compuesto predominantemente por ácidos grasos insaturados (alrededor del 63%).
Limonoides: Contiene compuestos limonoides, siendo la azadiractina el más conocido y el principal responsable de sus propiedades insecticidas y repelentes. También contiene nimbin, nimbidin, nimbolida y otros. Estos compuestos son amargos y pueden ser tóxicos para algunos animales.
Otros componentes: El aceite también contiene glicéridos, diversos polifenoles, triterpenos y beta-sitosterol.
Vitamina E: La vitamina E también está presente en el aceite.
Contenido nutricional (aproximado de la semilla):
Lípidos: 29.27%
Proteínas: 12.10%
Constituyentes parietales (fibra, etc.): 43.28%
También se ha reportado la presencia de carbohidratos, calcio y cenizas.
Toxicidad: Aunque el aceite de neem es ampliamente utilizado en la farmacopea tradicional, se han reportado casos de morbilidad y mortalidad en humanos por ingestión de aceite de neem sin procesar, asociándose con encefalopatía tóxica y acidosis metabólica. Los extractos alcohólicos también han mostrado toxicidad en estudios con animales. Por ello, su uso debe ser con precaución y, preferiblemente, bajo supervisión profesional.
Usos principales:
Biopesticida/Insecticida: La azadiractina es un potente repelente y antialimentario para insectos, y también inhibe su metamorfosis.
Medicina tradicional: El aceite de las semillas se usa por sus propiedades antisépticas, antiparasitarias, antihelmínticas, para el cuidado dermatológico y respiratorio. Las semillas también se usan tradicionalmente para eliminar lombrices intestinales.
Fabricación: El aceite se utiliza en la fabricación de jabones, ceras, ungüentos y cosméticos.
Combustible: El aceite de neem también se ha estudiado como una fuente de energía, con características fisicoquímicas similares al biodiésel.
Viabilidad y siembra:
Las semillas de neem tienen una baja viabilidad y su poder germinativo se reduce rápidamente (apenas duran unas semanas o un mes). Por lo tanto, es crucial sembrarlas poco después de su recolección.
Requieren temperaturas cálidas (no inferiores a 27°C) y un sustrato húmedo para la germinación.
En resumen, las semillas de neem son una fuente concentrada de compuestos bioactivos, destacando la azadiractina, que les confiere propiedades insecticidas y medicinales importantes. Sin embargo, su uso debe ser cuidadoso debido a la presencia de compuestos potencialmente tóxicos.